Un alivio, pero mucha tristeza

Hoy no es un gran día, hoy se fue alguien de este mundo, alguien que, aunque mucho no conocí, me dejó varios indicios de ser una gran persona. Desde el principio me hizo sentir de “La Familia”, obviamente dejándome en claro que si hacía sufrir a su muy querida sobrina, me cortaba en pedacitos. Porque él tenía eso, aunque tenía un hijo, amaba a sus sobrinos como si también fueran sus hijos. Mario era un tipo alegre, muy activo, y muy amado por los suyos.
Es un alivio saber que terminó su sufrimiento, que ese puto cáncer no le va a causar más dolor, que va a descansar en paz.
Pero nuestra cultura no deja entrar en nuestras cabezas que la muerte es parte de la vida, y no podemos tomarlo con alegría y festejar como en otros países lo hacen. A nosotros nos duele perder a un ser querido, y mucho. Sobre todo cuando la muerte se adelanta tanto, y nos sentimos estafados, que nos robaron algo, que es injusto.
Esta mañana, en el 60 me preguntaba por que me había afectado tanto la muerte de Mario, y llegué a que se debe a dos motivos:
Por un lado, le duele a Lau, al amor de mi vida, la pone triste, y no puedo evitar que me duela a mí verla así. Quiero hacer algo para calmar aunque sea un poco su tristeza, pero tengo claro que no hay nada que pueda decir o hacer para disminuirla, solo optaré por abrazarla y contenerla muchísimo.
Por otro lado, en cierta medida, Mario me recordaba a mi viejo, no puedo identificar bien por qué, supongo que será la relación con su hijo o el cariño que le tenían todos. Además, todo el dolor alrededor de este fallecimiento, me removió muchos recuerdos dolorosos. Viejas imágenes se me volvieron a cruzar para recordarme ese momento triste de mi adolescencia.
Voy a terminar este post diciendo que me hubiera gustado conocerte más, porque lo poco que conocí me mostró una persona que valía la pena seguir conociendo.
Cristoforo Colombo